lunes, 5 de marzo de 2007

Albistur y los negocios de la publicidad

Nota Publicada en el Diario Perfil el domingo 5 de marzo de 2007
POR CYNTHIA GARCIA

“Sobre ese tema hablen con Juan Ignacio”, mandó a decir Enrique Albistur ante la consulta sobre si su empresa comercializaba sin licitación los carteles de publicidad en las calles mendocinas.
Juan Ignacio Albistur tiene 29 años y dice estar al frente de “Wall Street Vía Pública” desde hace dos, cuando el Secretario de Medios le donó las acciones a la familia para dedicarse a la función pública.
Albistur hijo reconoce que está comercializando los carteles publicitarios en Mendoza: “Esto fue un contrato de mi empresa con Víctor Roque Moya, un conocido mío desde hace tiempo que hizo una propuesta a la municipalidad por un canje de cestos a cambio de vía pública. Moya gerencia con la intendencia y yo hago la parte comercial”.
-Es una entrega de los carteles...
-Es un convenio de donación con cargo.
-Pero debió haberse hecho por licitación pública...
-Sí, obviamente sí. Es lo que dice una ordenanza, a pesar de que no en todos los municipios es así.
-Ustedes no podían desconocer esa ley...
-Lo que tengo entendido es que Víctor, que es un amigo desde hace tiempo, no sabía. Yo la desconocía totalmente.
Ante la investigación que inició la Justicia mendocina por la irregularidad en la contratación, la municipalidad finalmente rescindió el contrato de “donación con cargo”. Aún así, la empresa “Wall Street Vía Pública” continúa con la comercialización de los carteles publicitarios.
-¿Por qué no se presentaron ustedes a licitación, como correspondía?
-Acá surge una relación mía con Víctor Moya y se da esta posibilidad. Como también la tiene la empresa monopólica mendocina con un contrato similar y no llamado a licitación pública.
-Ilicitud que no quita ilicitud...
-La propuesta la hace un privado a la municipalidad. El gobierno puede aceptar o no, ¿no?
-No, el intendente no debería haber aceptado...
-Por eso se rescinde el contrato.
-El contrato se rescinde por una investigación judicial y la denuncia de varios concejales...
-Lo que yo estoy pidiendo es que también se rescinda el contrato de las otras empresas.
-Pero ustedes siguen comercializando los carteles, de todas maneras.
-Sí. El contrato de rescisión acordado con la municipalidad lo permite.
Al final, Juan Ignacio asume que “Wall Street Vía Pública” tratará de obtener directamente lo que ahora maneja a través de amigos: “Cuando se licite, que será en los próximos meses, pienso participar y competir libremente con las empresas que están allá, como se debe”.
-Como se debe, y no como se hizo hasta ahora...
-Exactamente. Como dicen las reglas del juego allá en Mendoza.
Juan Ignacio Albistur cree que las cosas le resultaban más sencillas cuando su padre no estaba en la función pública. Reconoce que el apellido pesa a favor pero piensa que también es un motivo de ataque para la competencia.
-¿No creés que hay un conflicto ético en negociar con los gobiernos siendo tu padre un funcionario público?
-Para mí no hay ningún problema ético ni legal. La verdad es que no voy a dejar de trabajar en la comercialización ni en el gerenciamiento de mi empresa por eso. Yo no voy a dejar el negocio de la vía pública porque mi padre esté en el gobierno.

PARA SU INFORMACION: Sorprende la sinceridad del entrevistado. Tengo la sensación de que el horario en el que se realizó la entrevista, la 1.30 de la madrugada del sábado, influyó en la locuacidad.
Fue eso, una conversación sincera entre periodista e hijo de funcionario. Le transmití mi opinión diciéndole que sí hay un conflicto ético en negociar con los gobiernos siendo hijo de un alto funcionario nacional. (Enrique Albistur, su padre, es el secretario de Medios de la Nación) Juan Ignacio Albistur dijo no estar de acuerdo, obvio, pero reconoce lo discutible de la situación.
Para el abogado Constitucionalista Ricardo Monner Sans la familia Albistur debería abstenerse de contratar con el Estado, o, en su defecto, Albistur no debería ser funcionario.

1 comentario:

Anónimo dijo...

REFLEXIONES

No supe pactar conmigo mismo
sobre aquello que pudo ser mi vida
i acepte lo inmediato, sin pensarlo,
tan solo para obtenerlo sin demora,
lejos de valorar lo que madura,
creyendo que el tenerlo lo era todo.

Aprendi que nuestra angustia exige,
que aceptemos como logico este absurdo,
donde el poder es la meta de los ricos,
i el comer es el sueño de los pobres;
donde la vida eterna nos seduce,
i el encuentro con la muerte nos congoja.

No supe pactar conmigo mismo
sobre el tenor de mis metas i mis logros
que jalonasen este, mi camino,
para que cuando la muerte me convide,
detenga el corazon, cierre mis ojos,
no pueda quitarme lo vivido.

Me doy cuenta, por fin, que en esta vida,
lo que uno ve nunca es lo que parece,
i la verdad subyace sin mostrarse
al punto que jamas se la conoce,
mientras que la mentira se hace verdadera
i usurpa los espacios que la verdad le cede.

No supe pactar conmigo mismo,
sobre cual seria la razon,
de esta, mi vida,
y pago entonces el obligado precio
de esta insulsa aventura,
viviendo una mentira...