domingo, 27 de enero de 2008

"San Telmo gay, Recoleta gato..."



POR CYNTHIA GARCIA
En la Argentina de los últimos años el turismo extranjero creció de la mano de un tipo de cambio favorable. Ese conocido fenómeno generó toda una serie de ofertas turísticas a lo largo del país para los distintos tipos de gustos.
La noche de Buenos Aires reconvirtió el tradicional barrio de La Recoleta en el auge de los night clubs para un público extranjero, adulto y mayoritariamente masculino.
Las calles Quintana, Vicente López y Ayacucho concentran la mayoría de estos locales que a primera hora de la madrugada cambian su fisonomía de restaurantes a la carta para convertirse en escenario de shows eróticos realizados por bailarinas con experiencia, muchas de ellas, en los otros escenarios de la calle Corrientes.
Para reflejar la tendencia en el diario Perfil, recorrí la zona y hablé con dos empresarios que manejan el negocio de la noche, quienes con algunos reparos accedieron ser entrevistados.
Es el caso del apoderado de “New Shampoo”, un contador público que pidió no revelar su identidad: “Este es un lugar pionero de la Recoleta, nosotros estamos hace 25 años y desde hace dos vemos un auge de locales, aquí vienen muchísimos turistas que buscan divertirse y se entusiasman con los shows eróticos”.
Los extranjeros son en su mayoría norteamericanos europeos y mejicanos. La mayoría vienen por negocios y gastan un promedio de 300 dólares por persona en una noche.
Mario Bertiz es uno de los dueños del nuevo club nocturno “La López” un lujoso local de 495 mts. cuadrados donde una cascada recorre el boliche de punta a punta desembocando en una entrada con picos de agua: “En los últimos años el negocio en recoleta creció en cantidad y cayó en calidad. Tanto mi socio como yo somos laburantes de la noche de los años 70, hemos visto pasar todo tipo de gente. Hoy en día lo que hay es una mala calidad de gente en la calle”, reconoce.
A diferencia de otros propietarios Bertiz no apuesta tanto al turismo: “Este local está pensado para un público argentino de alto poder adquisitivo. No pensamos en el turista porque creemos que el turismo que llega a la Argentina es totalmente berreta, el buen turismo no viene a la Argentina. De todas maneras tenemos un gran caudal de extranjeros porque figuramos en revistas internacionales”.

La oferta de sexo
El mundo nocturno de los night club está estrechamente vinculado con la prostitución y el intercambio sexual.
Los empresarios se preocupan en todo momento de aclarar que entre sus servicios no está incluída la oferta sexual pero con eufemismos explican la tendencia: “en la zona de Recoleta no tenemos exclusivamente turismo sexual. Inevitablemente hay un combo de oferta sexual. Extranjeros que vienen a divertirse y chicas atraídas por los dólares que ellos pueden pagarles. Las “chicas de la noche” están ahí acompañando la movida, tomando una copa. Las tarifas que les cobran a los clientes varía según la cara. Admite el apoderado de “New Shampoo”.
Bertiz, de “La López” es un poco más explícito: “Sin duda hay intercambio sexual. Muchas veces con las mismas bailarinas, algunas trabajan en teatro y también bailan con nosotros. Eso existe desde siempre, lo que pasa es que ahora no se esconde, está mucho más blanqueado. Las tarifas varían entre cien dólares a tres mil depende “el nombre” de la señorita que te acompañe, según sea más o menos conocida”.
Los dueños de los locales se niegan a que se les hable de Recoleta como de la “Nueva zona roja Vip”: “no, zona roja es una cosa y zona adulta es otra. Zona roja es un relajo donde se ofrece cualquier cosa a cualquier precio. Le llaman zona roja a Palermo donde tenés equipos de fútbol de chicos que parecen mujeres... entonces no es todo lo mismo. Lo que hay aquí es una gran oferta de sexo con más libertad dice Bertiz.
Ante la pregunta de por qué cree que este fenómeno se agudiza en la zona el empresario responde: “daría la impresión de que es un lugar seguro y el turismo quiere seguridad. Como San Telmo es en este momento la zona gay. Vos decís: ¿tango?, no San Telmo Gay-
-¿Si san Telmo es la zona Gay, Recoleta qué es?-
-Gato-.


250 pesos por “charlar”
Los shows de streep tease y bailes en el caño son el principal atractivo para este público mayor de 35 años, en su mayoría empresarios, profesionales, o artistas de gran poder adquisitivo.
Las bailarinas pueden bajar a tomar una copa con el cliente y... charlar, eso cuesta 250 pesos.
Avanza la noche en esa geografía transformada por las luces y Bertiz termina confesando: “podemos tener parejas de periodistas que vienen con sus esposas a buscar una chica que los acompañe a tomar algo o a “charlar” en otro lugar”.
-¿Eso sucede, es real?-
-Oh, tu ambiente está muy relacionado a este lugar. Hemos perdido la capacidad de asombro de los nombres y de las personas.
-¿Hay intercambio sexual entre las parejas y las chicas?-.Es una cuestión de ceros



Para su información: Las entradas a los Night Clubs varían entre los 45 y los 100 pesos.
Algunos son boliches bailables
Todos ofrecen shows eróticos
Están abiertos hasta las cinco de la mañana
La bebida más consumida es el champagne
Los turistas gastan un promedio de 300 dólares por persona
La mayoría de los extranjeros son estadounidenses, europeos y mejicanos
Están en el país por negocios
En los locales más caros una bailarina cobra 250 pesos por compartir una copa con el cliente
Ningun Night Club realiza oferta de sexo de manera explícita



viernes, 25 de enero de 2008

La contaminación psicológica




POR CYNTHIA GARCIA, desde Fray Bentos
En Gualeguaychú viven 80.000 personas a 47 kilómetros del río Uruguay.
La instalación de la empresa Botnia con su producción de pasta de celulosa cambió los parámetros sociales de la ciudad.
Su ritmo de tranquilidad, turismo y carnaval se convirtió en marchas, cortes de ruta y reclamos ambientalistas que alcanzaron los más altos niveles del quehacer político nacional.
La gente del lugar, en su mayoría comerciantes y productores rurales vive la presencia de la pastera como una amenaza letal.
Aún aquellos que no pertenecen a la “Asamblea Ciudadana Ambientalista” sienten que no pueden convivir con la fábrica a la vista.
“El pecado original fue del gobierno uruguayo, cuando aceptó que dos papeleras se concentraran en un lugar. Considero que hay otro error básico de los uruguayos: De haber autorizado la instalación de las papeleras 15 kilómetros río abajo, la mayor parte de los problemas hubieran desaparecido” expresó el prestigioso geógrafo Carlos Reboratti, en una envtrevista al diario salteño “El tribuno”.
La declaración de Reboratti parece acertada porque es la presencia visual de Botnia uno de los factores que mayor impacto psicológico produce en la gente de Gualeguaychú.
Observada desde el puente binacional San Martín, que une la ciudad argentina con la Fray Bentos uruguaya, la pastera se ve gigantesca; una gran plataforma con chimeneas de distintas alturas, su porte industrial, su humo, su cemento y metal. Al borde del río Uruguay, contrastando con un paisaje de abundante vegetación, campos con panales de abejas, humedales verdes característicos de la zona por donde entra y sale naturalmente el río y viven distintas especies de animales.
Tal vez sea ese impactante contraste lo que les hace ver, a quienes viven del lado argentino, una ciudad nuclear, una “Chernobil” en potencia. Ellos ven en Botnia el fin de la ciudad, de su futuro y el de sus hijos.
El 9 de noviembre de 2007, cuando la pastera comenzó a funcionar, la “Asamblea Regional Argentina” que nuclea a ambientalistas de distintas orillas declaró “Día de duelo Regional” y emitieron un comunicado de repudio que comenzaba diciendo “El río Uruguay está de luto”
Por otra parte, un grupo de bioquímicos residentes en Gualeguaychú realizó un infome técnico sobre el futuro de contaminación del río en el que concluyen “si consideramos el perfil de la ciudad, en la cual se le ha dado en las últimas décadas una importancia superlativa al turismo, a las actividades recreativas, al cuidado del medio ambiente y a la salud de su población, y que ha promovido el desarrollo de la industria alimentaria, siendo las actividades rurales pilares fundamentales de su economía, los perjuicios que va a sufrir por el funcionamiento de esta industria pueden llegar a ser catalogados como de catastróficos”
A estas apreciaciones se le suman las consideraciones hechas por el licenciado Marcelo Salzman, psicólogo de Gualeguaychú, quien con su casuística afirma que es real el daño psicológico generado a los habitantes de la ciudad: “la gente perdió la alegría del carnaval, están activos y estresados, muchos sienten que se tienen que ir de la ciudad . La lucha de “La Asamblea” es un motor para combatir la sensación de que con Botnia se les termina la vida”

OLOR
En la ciudad, desde el 9 de noviembre de 2007, todos están con las narices alertas, literalmente. El comentario de barrio, de escuela, de restaurante, de plaza, de Banco, es el olor.
A Coliflor, a lavandina, a huevo podrido, a tóxico. Es el tema principal en una de las Asambleas de esos días: “no queremos que digan que es olor a Coliflor hervido. El Coliflor no hace daño, los de Botnia son olores tóxicos, contaminan” advierte uno de los asambleístas reunido en el Teatro de Gualeguaychý.
Por su parte, la empresa aclara en sus comunicados de prensa que los olores son normales, temporarios en esta etapa de producción, que sólo afectarán a la ciudad de Fray Bentos y que resultan inocuos al organismo humano, no tóxicos,
En lancha sobre el agua, a 500 mts. de la pastera se siente el “olor a Botnia”, un olor ácido, penetrante, inevitablemente industrial.


LICENCIA SOCIAL

Licencia Social es el permiso que le da la sociedad a un emprendimiento que va a afectar rotundamente sus usos y costumbres.
Ese es uno de los principales argumentos utilizados por los asambleístas y fue aportado por la Secretaria de Medio Ambiente, Romina Picolotti, quien además es especialista en temas ambientales: “El futuro de Botnia depende de la Corporación Financiera, de la Haya y también de la movilización social. Son los tres pilares de la defensa del río Uruguay. Lo que estamos tratando de defender los argentinos desde el primer momento es un bien que nos pertenece a todos. Es de interés público, es un río que usamos ambos países, que usa nuestra gente, mientras el Uruguay está empecinado en defender intereses europeos. Si Argentina sale airosa en este caso, ganamos todos, argentinos y uruguayos” declaró Picolotti en setiembre de este año.Sin embargo “La licencia social” no tiene ningún peso legal. No existen leyes, en ningún país, que obliguen a las empresas a conseguir el acuerdo de los pobladores antes de instalarse en una zona. Su fuerza depende directamente de la movilización de los afectados, de la protesta social. En Gualeguaychú, desde hace dos años, eligieron el método de los cortes de ruta.


Para su información: ¿quién va a resarcir a la gente de Gualeguaychú por el daño psicológico que sufren?

jueves, 24 de enero de 2008

Habló Botnia



POR CYNTHIA GARCIA, desde Fray Bentos
La pastera que Botnia opera en esta ciudad, abrió sus puertas a la prensa argentina por primera vez. Fue una recorrida institucional, perfectamente organizada por la consultora "Porter Novelli" -encargada de manejar la compleja imágen de la pastera-.
Dada la controversial historia del proyecto la visita cargó de entrada con el inconveniente de la desconfianza. El grupo de periodistas convocadados transitaron la planta durante más de cuatro horas, escucharon las explicaciones técnicas de las cinco principales autoridades y preguntaron lo que pudieron, aceptando las dificultades de no saber nada de procesos químicos, blanqueo de medera con cloro, quema de azufres, o tratamiento de efluentes.
Pero Botnia habló por primera vez y también se sintió: los olores forman parte de las distintas etapas de producción, están allí, inevitables: por momentos a coliflor, luego a vapor de tintorería, más tarde a huevo podrido, en algún momento a lavandina... ellos ya no los perciben, de alguna manera están acostumbrados. Por ejemplo, la plata tiene un salón comedor impecable, luminoso, lleno de trabajadores europeos y uruguayos que no tienen problemas de comer entre los aromas de la comida y los que lanza la planta al fabricar celulosa.

No entiendo el castellano pero sí a los periodistas
Sami Saarela -el gerente finlandés- habla en inglés, remarca que entiende muy poco el castellano, aunque rápido e irónico retrucará -en inglés- cada comentario periodístico que le haga "ruido" emitido en español.
El responsable máximo de la planta se muestra seguro, en apariencia desentendido de los conflictos que este proyecto genera. Tiene mucha experiencia en arranques de pasteras y no parece afectado por el olor a podrido que todos sienten.
Saarela hace foco en los efluentes bien tratados y en la producción casi a tope de la planta. Ve al río uruguay como un curso de agua apto para esta industria, elogia su caudal, niega la contaminación y remarca -sobre todo- que Botnia es una empresa del primer mundo, cómo Finlandia queda en el primer mundo y que en ese universo se cumplen las leyes, las normativas impuestas por los estados y los standares de la Unión Europea.

"Vinimos para quedarnos"
Florencia Herrera es la jefa de comunicaciones de Botnia y la que se encargó de aclarar que de política no se habla. Más adelante se contradice y da la única respuesta en ese sentido: "nosotros respondemos al estado uruguayo", contesta Herrera cuando se le pregunta si la empresa permitiría a autoridades nacionales argentinas tomar muestras dentro de la planta.
-¿Qué proyección de tiempo tiene pensado Botnia para quedarse en Uruguay-? preguntó esta periodista. -Este proyecto es a largo plazo, vinimos para quedarnos por los menos cuarenta y cinco años- respondió la vocera.

"Este problema, ambiental no es"
Eugenio García es el jefe de producción de la pastera. Es uruguayo y padre de cinco hijos. Vive en Fray Bentos desde que trabaja para Botnia y bien podría ser la cara institucional de la compañía: su mirada celeste, su voz grave, sus convicciones sobre lo positivo de la pastera lo convertirían en un buen comunicador de lo que Botnia desea transmitir.
García asegura que no hay impacto negativo en el medio ambiente. Descree que este sea un problema ambiental y cuando muestra el lugar del río donde se vuelcan los efluentes comenta "filoso": -tu ves ahí la mancha que hay-. Obviamente, no hay allí ninguna mancha.
A la hora de hablarles a los ambientalistas lo hace como padre: "yo tengo cinco hijos que viven en Fray Bentos y toman este agua, ¿ustedes creen que les haría daño a mis propios hijos?.
Conciliador, ante el conflicto cerrado y sin vías de solución que aguarda del otro lado del río responde carismático: "el tiempo va a jugar a favor de todos".
Para su información: uno está del lado argentino y les cree a los ambientalistas, uno está del lado uruguayo y dan ganas de creerle a los gerentes de Botnia.
¿Dónde está la maldad de esta pastera? me preguntaba mientras recorría con tensión las 500 hectáreas sobre el río uruguay.
De todas formas hay mucho más que una falta de comunicación en este enjambre de conflictos que genera la presencia de la pastera. A los asambleístas de Gualeguaychú ya no les importa si Botnia contamina o no, no la quieren, no la van a aceptar nunca y les está generando una contaminación psicológica que perdurará en el tiempo.

jueves, 17 de enero de 2008

Ojos líquidos, malos aplausos y buenos silencios


Columna emitida en Radio Continental el 17 de Enero de 2008
POR CYNTHIA GARCIA

Buenos Aires en enero es una ciudad disfrutable. Sobre todo por el espacio libre que dejan los que en este mes no están.
Como dice Borges: “Buenos Aires, la ciudad donde todo pasa”, también sea muchas cosas durante el resto del año: vorágine, vértigo, intensidad; pero... ¡hay que ponerle unas ganas!
En cambio durante este mes el calor la tranquiliza y si uno logra olvidar la"mirada de consumidor damnificado" tal vez pueda ver estas postales.
Me dediqué a ir al teatro. Cuatro obras en una semana y media; una maratón de sensaciones, de arte, de contexto.
Sin hacer de este comentario una crítica teatral quisiera transmitirles algunas imágenes y momentos:
1) la cara armónica especial y cinematográfica de Sofía Gala en “Secreto entre Mujeres” actuando tan naturalmente como si estuviera en el living de su casa.
Eso fue un lunes de estreno. Afuera, la calle corrientes: silenciosa, con muchos actores caminando al lado de todos. (No recuerdo los nombres de esas caras tan conocidas, si no te los diría) al lado de todos entre esas cuadras emblemáticas que median entre Callao y 9 de Julio.
2- El miércoles fue la noche, también de estreno, de “En la cama” y ahí presencié por primera vez la provocación del director y dramaturgo José María Muscari: una experiencia.
Me quedo con Gerardo Romano (me había olvidado que era tan buen actor) dentro de un grupo de muy buenos.
La idea de Muscari me sentó sólida y bien llevada. “En la cama” es una obra sobre todo “genital” que atraviesa los límites, el paso de los años y las fantasías de dos parejas. Dice Muscari: “Ojalá... no? Hola. Entren. Prueben. Vean. Salgan y vayan. La vida sigue...”
Después del teatro, de la calle les puedo decir que me impactó mal el aplauso a Rolo Puente y Claudia Albertario en la puerta de su obra: sin juicios de valoración.
3- El viernes vi la obra “Konga” con los transformistas Jean Francois Casanovas y Eduardo Solá. Un espectáculo musical circense con acento a cabaret francés y escenas de grandes divas holiwodenses. De nuevo los rostros, los gestos, la transformación de esos hombres; que no hablan, sólo gesticulan al compás milimétrico de las grabaciones... y mueven las manos.
Hay un misterio en el soberbio vestuario: cuando Daniel Busato, con esa cara increíble que Dios le dio interpreta a Marilyn, y se cambia tres veces de ropa, no se sabe cómo lo hace, porque nunca deja de actuar, enfrente.
Es tal la energía femenina que generan, que a la salida un espectador se quedó para preguntarle a Solá: ¿cuántas mujeres actúan?. Respuesta: -una sola, Sandy Brandawer-.
Para resaltar una vez más la cara inigualable de Daniel Busato que se fue por la calle Esmeralda sin quitarse el grueso maquillaje de teatro. Con jeans y gorrita. Saludando y diciendo sin hablar: este soy yo... un artista, y qué.
4- Por último ayer fui a ver “Codicia” al Teatro Liceo. La obra adaptada de David Mamet (ganadora del premio Púlitzer). Una obra de texto, un grupo de grandes actores.
Positiva sorpresa la de ver a Facundo Arana, logra ser el más malvado. Aún con esos ojos, los de Facundo Arana, tan tan brillantes. Ese chico refleja una mirada celeste y líquida.
Sobresalen, entre tanto texto, los silencios de Jorge D’Elía, que habla muy poco pero dice mucho más.
El aire que buscamos está en la Capital. Para sentirlo, les recomiendo apagar el televisor que sofoca y entrar al teatro.

Para su información: con esta crónica arrancó una nueva etapa de mi participación en "La Mañana" el programa que Víctor Hugo Morales conduce por radio Continental Un privilegio poder decir y hacer exactamente lo que a uno le importa. Gracias