viernes, 25 de enero de 2008

La contaminación psicológica




POR CYNTHIA GARCIA, desde Fray Bentos
En Gualeguaychú viven 80.000 personas a 47 kilómetros del río Uruguay.
La instalación de la empresa Botnia con su producción de pasta de celulosa cambió los parámetros sociales de la ciudad.
Su ritmo de tranquilidad, turismo y carnaval se convirtió en marchas, cortes de ruta y reclamos ambientalistas que alcanzaron los más altos niveles del quehacer político nacional.
La gente del lugar, en su mayoría comerciantes y productores rurales vive la presencia de la pastera como una amenaza letal.
Aún aquellos que no pertenecen a la “Asamblea Ciudadana Ambientalista” sienten que no pueden convivir con la fábrica a la vista.
“El pecado original fue del gobierno uruguayo, cuando aceptó que dos papeleras se concentraran en un lugar. Considero que hay otro error básico de los uruguayos: De haber autorizado la instalación de las papeleras 15 kilómetros río abajo, la mayor parte de los problemas hubieran desaparecido” expresó el prestigioso geógrafo Carlos Reboratti, en una envtrevista al diario salteño “El tribuno”.
La declaración de Reboratti parece acertada porque es la presencia visual de Botnia uno de los factores que mayor impacto psicológico produce en la gente de Gualeguaychú.
Observada desde el puente binacional San Martín, que une la ciudad argentina con la Fray Bentos uruguaya, la pastera se ve gigantesca; una gran plataforma con chimeneas de distintas alturas, su porte industrial, su humo, su cemento y metal. Al borde del río Uruguay, contrastando con un paisaje de abundante vegetación, campos con panales de abejas, humedales verdes característicos de la zona por donde entra y sale naturalmente el río y viven distintas especies de animales.
Tal vez sea ese impactante contraste lo que les hace ver, a quienes viven del lado argentino, una ciudad nuclear, una “Chernobil” en potencia. Ellos ven en Botnia el fin de la ciudad, de su futuro y el de sus hijos.
El 9 de noviembre de 2007, cuando la pastera comenzó a funcionar, la “Asamblea Regional Argentina” que nuclea a ambientalistas de distintas orillas declaró “Día de duelo Regional” y emitieron un comunicado de repudio que comenzaba diciendo “El río Uruguay está de luto”
Por otra parte, un grupo de bioquímicos residentes en Gualeguaychú realizó un infome técnico sobre el futuro de contaminación del río en el que concluyen “si consideramos el perfil de la ciudad, en la cual se le ha dado en las últimas décadas una importancia superlativa al turismo, a las actividades recreativas, al cuidado del medio ambiente y a la salud de su población, y que ha promovido el desarrollo de la industria alimentaria, siendo las actividades rurales pilares fundamentales de su economía, los perjuicios que va a sufrir por el funcionamiento de esta industria pueden llegar a ser catalogados como de catastróficos”
A estas apreciaciones se le suman las consideraciones hechas por el licenciado Marcelo Salzman, psicólogo de Gualeguaychú, quien con su casuística afirma que es real el daño psicológico generado a los habitantes de la ciudad: “la gente perdió la alegría del carnaval, están activos y estresados, muchos sienten que se tienen que ir de la ciudad . La lucha de “La Asamblea” es un motor para combatir la sensación de que con Botnia se les termina la vida”

OLOR
En la ciudad, desde el 9 de noviembre de 2007, todos están con las narices alertas, literalmente. El comentario de barrio, de escuela, de restaurante, de plaza, de Banco, es el olor.
A Coliflor, a lavandina, a huevo podrido, a tóxico. Es el tema principal en una de las Asambleas de esos días: “no queremos que digan que es olor a Coliflor hervido. El Coliflor no hace daño, los de Botnia son olores tóxicos, contaminan” advierte uno de los asambleístas reunido en el Teatro de Gualeguaychý.
Por su parte, la empresa aclara en sus comunicados de prensa que los olores son normales, temporarios en esta etapa de producción, que sólo afectarán a la ciudad de Fray Bentos y que resultan inocuos al organismo humano, no tóxicos,
En lancha sobre el agua, a 500 mts. de la pastera se siente el “olor a Botnia”, un olor ácido, penetrante, inevitablemente industrial.


LICENCIA SOCIAL

Licencia Social es el permiso que le da la sociedad a un emprendimiento que va a afectar rotundamente sus usos y costumbres.
Ese es uno de los principales argumentos utilizados por los asambleístas y fue aportado por la Secretaria de Medio Ambiente, Romina Picolotti, quien además es especialista en temas ambientales: “El futuro de Botnia depende de la Corporación Financiera, de la Haya y también de la movilización social. Son los tres pilares de la defensa del río Uruguay. Lo que estamos tratando de defender los argentinos desde el primer momento es un bien que nos pertenece a todos. Es de interés público, es un río que usamos ambos países, que usa nuestra gente, mientras el Uruguay está empecinado en defender intereses europeos. Si Argentina sale airosa en este caso, ganamos todos, argentinos y uruguayos” declaró Picolotti en setiembre de este año.Sin embargo “La licencia social” no tiene ningún peso legal. No existen leyes, en ningún país, que obliguen a las empresas a conseguir el acuerdo de los pobladores antes de instalarse en una zona. Su fuerza depende directamente de la movilización de los afectados, de la protesta social. En Gualeguaychú, desde hace dos años, eligieron el método de los cortes de ruta.


Para su información: ¿quién va a resarcir a la gente de Gualeguaychú por el daño psicológico que sufren?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Is there any reason to belive that botnia is going to cause harm to people in Gualeguaychu. If you look at the all modern pulp mills you should realise that there is no reason to belive so. Then why are people in Gualeguaychu feeling anxious, stressed and depressed. Well becouse the lies and misinformation spread by so called environmentalists and even goverment officals. If the people would actually know what botnia plant actually does and doesn't, there would be no need them to worry.

Who is going to compensate the people of Gualeguaychu for the psychological suffering?
Those who caused it of course. Envinmentalists and argentina govenment.

CYNTHIA GARCÍA dijo...

Amigo anónimo, traduzco tu comentario: ¿hay alguna razon para creer que Botnia causará daño a la gente de gualeguaychu?. si vos miras las pasteras modernas te darias cuenta de que no hay razon para creer eso. Entonces,por qué la gente de gualeguaychu se siente tan ansiosa, deprimida bueno.. es porque las mentiras y la falta de informacion están esparcidas por aquellos que se hacen llamar ambientalistas y oficialistas.. Si actualmente la gente supiera qué l hacen las plantas y qué no, no tendrían la necesidad de preocuparse.
Quién compenzará a los argentinos por el sifrimiento psicoloógico causado... bueno, aquellos que lo causaron, por supuesto: Los ambientalistas y el gobierno argentino

Respuesta: No creo que los ambientalistas tengan mala fe, sinceramente. Ellos realmente son parte de la ciudadanía temerosa, con los obvios matices que estos movimientos generan.
Coincido en la desinformación gubernamental que generaron ambos países. Y creo además, que este conflicto tiene profundas raíces con las democracias latinoamericanas ya que no se trata sólo de saber qué hacen las pasteras sino que nuestros pueblos NO LES CREEN a los gobiernos, digan lo que digan.
Hay una historia sudamericana de descrédito que avala la postura.
Gracias por el interés. C.G.

Anónimo dijo...

me alegro que hayas vuelto a publicar en el blog. Tus notas son una real pintura de lo que pasa.

CYNTHIA GARCÍA dijo...

amigo anónimo 2: gracias. Creo que algo que podemos hacer desde el periodismo es tratar de descifrar de la mejor manera lo que vemos... con respecto al blog, es cierto, lo tenía un poco descuidado, falta de tiempo, sobre todo. Pero es una gran herramienta para la libertad periodística asi que publicaré notas a diario. De nuevo gracias por el estímulo que significa tu comentario